En los casos graves, la bulimia nerviosa puede producir complicaciones médicas graves, como alteraciones de líquidos y electrolitos, desgarros esofágicos y alteraciones en el sistema cardíaco y gástrico.
¿Qué es la bulimia nerviosa?
La Bulimia Nerviosa es un tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). La característica clínica más relevante es la presencia de atracones de comida en forma repetitiva seguidos de algún tipo de conducta compensatoria (purgativa) a esta sobreingesta, con el objetivo de evitar la ganancia de peso. La conducta compensatoria más frecuente es el vómito auto provocado. Otras conductas menos frecuentes son el ejercicio físico (3 a 4hs continuas de ejercicio aeróbico intenso) o no ingerir alimentos sólidos en las 24hs post atracón.
Los tipos de Bulimia Nerviosa son:
- Purgativa: evitar la ganancia de peso mediante vómitos o ingesta de medicamentos. En general estos pacientes tienen mayor riesgo de presentar complicaciones clínicas.
- No purgativa: recurren al ejercicio físico o ayuno.
Comportamiento de las personas que la padecen
Estos episodios producen luego sentimientos de intensa culpabilidad, que llevan a la realización de comportamientos para “evitar engordar”. Lo más frecuente es que recurran al vómito autoprovocado, también a escondidas. En otros casos toman medicamentos laxantes o diuréticos, generalmente productos que se comercializan como “adelgazantes”. Otras personas con bulimia realizan ejercicio físico de modo excesivo, como largas caminatas o ejercicios dirigidos a reforzar abdominales y glúteos. Es muy frecuente que, al sentirse culpables, se avergüencen y oculten y nieguen estos comportamientos.
Los atracones se alternan con periodos largos de ayuno o en los que se limitan a comer alimentos que tengan pocas calorías. Por ejemplo, un comportamiento típico consiste en no comer apenas nada en el desayuno y la comida del mediodía, hasta por la tarde, momento en el que se produce una bajada del azúcar en la sangre, acompañada de ansiedad, se pierde el control, y tiene lugar el episodio de atracón–purga.
Las personas con bulimia suelen tener un peso normal o incluso sobrepeso y con muchas variaciones. Al igual que las personas con anorexia, se obsesionan con el peso y la figura, sobrevalorando su importancia, y tienen “dismorfofobia”, es decir, se ven determinadas zonas del cuerpo más voluminosas de lo que las tienen en realidad.
Estas personas tienen casi siempre síntomas de ansiedad y, con menor frecuencia, aislamiento social y síntomas depresivos. En ocasiones desarrollan también otros comportamientos impulsivos, como consumo de alcohol o drogas, relaciones de pareja o sexuales precipitadas, o robos.
Las complicaciones físicas más frecuentes son consecuencia de los atracones y los vómitos: alteraciones del estómago y el esófago, deterioro del esmalte dental, estreñimiento, etc. La desnutrición y la osteoporosis son menos frecuentes que en la anorexia nerviosa.
¿A quiénes afecta?
La bulimia afecta más a las mujeres que a los hombres. Afecta hasta a un 2 % de las mujeres y la padecen mujeres de todas las razas y etnias.
La bulimia afecta más a niñas y mujeres más jóvenes que a mujeres mayores. En promedio, las mujeres suelen sufrir bulimia a los 18 o 19 años. Las adolescentes de entre 15 y 19 años y las mujeres más jóvenes son las que más riesgo corren. Pero los trastornos de la conducta alimentaria están comenzando a aparecer con más frecuencia en mujeres mayores. Según un estudio reciente, el 13 % de las mujeres estadounidenses mayores de 50 años tenían síntomas de un trastorno de la conducta alimentaria.
Numerosas estrellas del espectáculo han confesado que en algún momento de su vida han sufrido de este trastorno como la diseñadora Victoria Beckham, las actrices Angeline Jolie y Jane Fonda.
Factores que provocan la bulimia nerviosa
Las causas fundamentales de la bulimia nerviosa se desconocen, parece que influyen una combinación de:
- Factores psicológicos, como influencias familiares y conflictos psíquicos. En estos pacientes son frecuentes los sentimientos de soledad, baja autoestima, ansiedad y relaciones conflictivas con los demás.
- Factores biológicos, como predisposición genética y personalidad. Es probable que existan factores genéticos que contribuyan al riesgo de desarrollar la enfermedad, ya que los familiares de primer grado (padres, hijos, hermanos) de un paciente con bulimia tienen un riesgo 6-10 veces mayor de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria. Además, un trastorno depresivo en un familiar aumenta el riesgo de padecer anorexia nerviosa o bulimia.
- Factores culturales por la presión de una sociedad que equipara la delgadez y el aspecto físico a la belleza. Es una enfermedad desconocida en sociedades con escasez de alimentos.
Diagnóstico de la bulimia
Los bulímicos tratan de ocultar las conductas de purga, por lo que la enfermedad suele pasar desapercibida durante mucho tiempo al no presentar reducciones de peso tan grandes como lo hace la anorexia. Los síntomas típicos de un cuadro de bulimia son los siguientes:
- Atracones o sobreingesta de alimentos: La persona come una gran cantidad de alimentos en un espacio de tiempo muy corto y no tiene control sobre la ingesta. El objetivo del atracón es saciarse. Los pacientes iIntentan evitar los lugares en los que hay comida y procuran comer solos, por lo que su comportamiento suele ser asocial, tienden a aislarse y la comida es su único tema de conversación. Además, la falta de control sobre los alimentos les produce grandes sentimientos de culpa y vergüenza.
- Uso de laxantes: Para prevenir el aumento de peso y compensar el atracón o el exceso de comidas, el enfermo se provoca vómitos, utiliza laxantes, diuréticos, fármacos, o recurre a otros medios que le permitan controlar el peso, como la práctica abusiva de actividades deportivas.
- Repetición: Los ciclos de atracones y vómitos se manifiestan un mínimo de dos veces por semana.
- Alteraciones psicológicas: como baja autoestima, estrés y ansiedad. Los enfermos con bulimia nerviosa se caracterizan por una gran impulsividad y un bajo autocontrol.
- Dedebilidad, dolores de cabeza; hinchazón del rostro por el aumento de las glándulas salivales, sobre todo las parótidas, problemas con los dientes, mareos, pérdida de cabello, irregularidades menstruales, y bruscos aumentos y reducciones de peso, aunque generalmente no sufren una oscilación de peso tan importante como la que se manifiesta en la anorexia.
Tratamiento y medicación de la bulimia
El tratamiento de la bulimia es multidisciplinar. Incluye psicoterapia, que puede incluir a la familia para ayudar a retomar el control de la alimentación y para ayudar a la propia familia a afrontar la situación; medicación y educación nutricional. Los casos más graves pueden llegar a necesitar hospitalización.
A nivel farmacológico se recomienda prescribir la fluoxetina como inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS); y en el plan de educación nutricional un nutricionista puede ayudar a plantear un plan dietético saludable con el seguimiento preciso para prevenir el hambre y los antojos realizando las comidas de forma regular.
También es muy importante que el paciente conozca a fondo la enfermedad y sus consecuencias y se implique en el aprendizaje nutricional.