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La Neuropatía Diabética: un problema multiplicado en la Ciudad de México

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La neuropatía diabética es la complicación crónica más frecuente de la diabetes mellitus. Ocurre como consecuencia de las alteraciones metabólicas y los cambios en los vasa nervorum (nombre científico con el que se conocen los pequeñísimos vasos sanguíneos que nutren a los nervios), como consecuencia se produce una pérdida de la capa que recubre las conexiones entre las neuronas.

Las neuronas se comunican unas con otras a través de unas estructuras llamadas axones. Los axones tienen en su interior la sustancia gris que es la encargada de trasmitir la información y está recubierta por la sustancia blanca que la aísla y la protege. Un ejemplo para poder comprender este proceso es un cable eléctrico, en su interior está dispuesto el alambre de cobre que conduce la electricidad y en el exterior un recubrimiento de plástico u otro elemento que protege y aísla el alambre de cobre.

La diabetes mellitus lesiona y destruye este aislamiento de los axones. Un cable eléctrico dañado provoca que quien lo toque pueda recibir una descarga eléctrica, en un axón dañado ocurre algo similar y el impulso que se trasmite sale fuera y se propaga a las estructuras vecinas, provocando efectos muy similares a las de una descarga eléctrica, sensaciones que forman parte del cuadro clínico de la neuropatía diabética.

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Este daño se origina por la lesión que va creando la diabetes mellitus progresivamente en los vasos sanguíneos y sobre todo los vasos más pequeños del organismo, dentro de los cuales están los vasa nervorum que como habíamos dicho son los vasos sanguíneos que nutren a los nervios. Estas alteraciones se inician por las hiperglucemias sostenidas, lo que va ocasionando con el paso del tiempo una disminución del ancho del vaso sanguíneo. Estos vasos son tan finos que casi no permiten la entrada de suficientes de glóbulos rojos lo que disminuye la oxigenación trayendo como consecuencias la pérdida de la capa protectora del nervio.

Las manifestaciones clínicas fundamentales son el dolor profundo, muchas veces intolerable, sobre todo en la noche. Durante el día son frecuentes las sensaciones de hormigueo o pinchazos en pies y menos frecuentes en las manos, se puede también notar disminución de la fuerza en los miembros inferiores. Estas manifestaciones son distales y simétricas, o sea, se inician por la punta de los dedos de manos y pies y en ambos lados del cuerpo.


¿Por qué este cuadro es más severo en la Ciudad de México? Antes de dar respuesta a esta interrogante analicemos cómo se oxigena el organismo. El oxígeno llega a los tejidos de dos formas diferentes: a nivel del mar el 97% llega a las células unido a la hemoglobina y el 3% lo hace libre en la sangre. El oxígeno libre es muy eficiente pues al no estar unido a la hemoglobina puede llegar fácilmente a los vasos más finos y ser utilizado de forma eficaz e inmediata.

La Ciudad de México está a una altura media de 2 240 metros sobre el nivel del mar y este hecho afecta el transporte de oxígeno, pues mientras mayor es la altura menor es la concentración de oxígeno en el aire ambiental. Para compensar esta disminución el organismo multiplica la cantidad de hemoglobina con el fin de optimizar el transporte de oxígeno. En cuanto al oxígeno libre en sangre este disminuye notablemente, pues es inversamente proporcional a la presión atmosférica, o sea, mientras menor sea la presión menos es la concentración de oxígeno libre y como se conoce mientras mayor es la altura menor es la presión atmosférica.


La disminución del oxígeno libre afecta fuertemente a los pequeños vasos donde es más difícil que llegue la hemoglobina y con ella el oxígeno. Por otra parte podría pensarse que el aumento de la hemoglobina compensa este déficit, pero en el caso de la diabetes mellitus no es así. El aumento de la hemoglobina aumenta igualmente la viscosidad de la sangre que se traduce en una sangre más densa, menos líquida y también más difícil de llegar a los vasos más finos. Un ejemplo ilustrativo puede ser conducir agua por un tubo muy fino, esta puede pasar con cierta dificultad, pero si intentamos lo mismo con aceite o yogurt el proceso es más difícil o imposible. Algo similar ocurre en la diabetes mellitus con el aumento de viscosidad de la sangre por el aumento de la hemoglobina.

Haciendo un resumen de lo explicado tenemos que, una de las causas fundamentales de las manifestaciones de la neuropatía diabética es el daño de la capa protectora de los nervios. Este daño se produce en lo fundamental por la falta de oxígeno generado por la disminución del calibre de los vasos, esta situación se ve desfavorecida por la altura de la Ciudad de México, donde disminuye sensiblemente la cantidad de oxígeno libre en sangre y el aumento de la hemoglobina por la altura hace la sangre más viscosa, dificultando su paso por los vasos finos.

Todo esto agrava la falta de oxígeno en el revestimiento del nervio empeorando la sintomatología. Al bajar de la altura aumenta inmediatamente la cantidad de oxígeno disuelto en la sangre y con ello mejoran de forman notable los síntomas. En la práctica médica actual existen algunos tratamientos avanzados que pueden mejorar estos inconvenientes de la altura en los pacientes aquejados de neuropatía diabética.

Les compartimos en este vídeo, una excelente exposición de nuestro profesor para que a través de esta forma didáctica, sea más comprensible el tema que abordamos hoy.

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