La enfermedad arterial periférica aterosclerótica es uno de los padecimientos más prevalentes, mortales y mórbidas. El término “pandémico” es tradicionalmente aplicado a las epidemias que ocurren a nivel mundial que cruzan las fronteras internacionales y afectan a un número considerable de personas.1
La Enfermedad Arterial de Miembros Inferiores (EAMI) es la manifestación de la enfermedad aterosclerótica localizada en el sistema arterial de los miembros inferiores que cursa desde formas asintomáticas hasta la isquemia crítica.
La ateroesclerosis es la causa más frecuente de lesiones obstructivas en las arterias de los miembros inferiores, afecta 7 % de la población general y 20 % de las personas mayores de 70 años. En los países desarrollados la incidencia de isquemia crítica crónica de miembros inferiores en clasificación III y IV de Fontaine, es de 50 a 100 por cada 100 000 personas por año; de estos 40 % pierden su extremidad.
La EAMI sintomática y asintomática tiene una prevalencia estimada de 13 % en el grupo de edad de más de 50 años. Sin embargo, la Enfermedad Arterial Periférica (EAP) asintomática puede representar hasta 75 % de los pacientes y solo 10 % de ellos tiene claudicación intermitente típica.
El anuario estadístico de salud de Cuba en el año 2018 reporta 16 mil 260 muertes por enfermedades isquémicas del corazón, 9 mil 891 por enfermedades cerebro-vasculares lo que hace un total 26 mil 151 fallecidos de los cuales 14 mil 314 (54 %) tenían menos de 80 años. La Enfermedad Arterial Periférica (EAP) queda incluida en el grupo de enfermedades de las arterias, arteriolas y vasos capilares que causaron 4 mil 79 muertes, pero no ofrece más detalles.
La EAMI constituye un problema de salud por el número de pacientes que asisten en estadios avanzados de la enfermedad a instituciones de nivel terciario, debido a la falta de reconocimiento del problema por parte del personal médico en otros niveles de atención, lo cual disminuye las opciones de tratamiento, aumenta las complicaciones, los costos y afecta drásticamente la calidad de vida de los afectados, aun cuando el autor considera que no se diagnostica porque no se piensa en esta entidad en los mismos términos en que se hace para otras formas de isquemia.
En la actualidad la resolución de los nuevos equipos de ecografía Doppler permite obtener imágenes anatómicas muy precisas incluso de los vasos distales, obteniéndose imágenes excelentes de la luz y de la pared. Esta técnica es considerada útil formando parte del conjunto de técnicas por imagen que debe realizarse siempre como exploración inicial.
En la mayoría de los casos aporta suficiente información para decidir la estrategia a seguir. Incluso se ha demostrado que en muchos casos es posible intervenir sólo con los hallazgos del Doppler.
Múltiples son los medios disponibles hoy para el diagnóstico de certeza de la EAMI: La angiografía de contraste (CA), la angiografía de resonancia magnética (MRA), la angiografía-tomografía computarizada helicoidal (estrictamente significa la combinación de la sonografía Doppler de impulso con una imagenología con ultrasonido de tiempo modo B, pero en la práctica actual por lo general incluye también el escaneo con Doppler a color).
Numerosas publicaciones avalan el impacto de la EAP, sobre todo después que la revista The Lancet en 2013 la calificara como pandemia, superando en 168 millones de afectados al SIDA a nivel mundial, y en 148 379 (solo en Estados Unidos) a las amputaciones como consecuencia de conflictos bélicos en los participó el ejército de Estados Unidos desde 2001.
Dentro de la EAP, se le ha prestado especial atención a la EAMI por estar reconocida como un marcador de aterosclerosis sistémica, asociada con un incremento del riesgo de infarto del miocardio e ictus, por lo que su detección en su etapa asintomática ha sido motivo de diversas investigaciones estudios que han utilizado métodos como el Test de Edimburgo y el Índice Tobillo-Braquial (ITB), este último por su efectividad para ese objetivo, no invasivo y bajo costo, dejando los estudios por Eco-Doppler para la confirmación y seguimiento de progresión o regresión de las lesiones ateroscleróticas.6,7
El artículo completo se puede leer en la Revista cubana médica vol.59 no.4 Ciudad de la Habana oct.-dic. 2020 Epub 15-Nov-2020