La depresión es dañina para la mente y puede afectar la salud física de una persona. ¿Sabías que las mujeres la padecen más que los hombres?
Pese a la llegada de las vacunas y al levantamiento de ciertas restricciones, el fin de la pandemia de Covid-19 aún parece lejano, motivo que ha ocasionado que mucha gente se sienta especialmente deprimida, sobre todo cuando oyen hablar de la aparición de nuevas cepas del coronavirus, como la Delta o la Ómicron, por citar algunas.
Todos vivimos más aislados y estresados de lo habitual, y muchos de nosotros estamos lidiando con presiones adicionales debido a la tensión financiera, las responsabilidades familiares, los problemas de salud y la pérdida de empleo. Por lo tanto, es natural estar deprimido, pero ¿en qué momento sentirse deprimido se convierte ya en un desbalance de la salud mental que hay que tratar?
La depresión también es una pandemia
La Covid-19 podría no ser la única pandemia que debería preocuparnos. La depresión se ha vuelto significativamente más común a raíz del coronavirus. Desde que comenzó, ha habido un aumento sustancial de personas con depresión y otras afecciones de salud mental.
De acuerdo con un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en México, los niveles de ansiedad y depresión se dispararon por la pandemia. La ansiedad, según el informe, antes de la pandemia se presentaba en el 15% de la población, situación que se modificó con un alza al 50%; mientras que la depresión que hasta marzo de 2020 se calculaba en el 3% de la población, aumentó hasta abril de este año a 27.6%. (1)
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), también encontró que la prevalencia del trastorno depresivo en adultos fue casi cuatro veces mayor en junio de 2020 en comparación con el segundo trimestre de 2019, en la Unión Americana.
Esta afección no sólo es dañina para la mente, sino que también puede afectar la salud física de una persona. Puede producir tensión muscular, molestias y dolores. Además, inquietud, incapacidad para concentrarse, falta de sueño, fatiga crónica y cambios en el peso corporal.
Síntomas de depresión
Para detectar si sufres o no depresión, a continuación, te enlistamos algunos de los síntomas a los que hay que estar atentos:
- • Tristeza, ansiedad o vacío persistente
- • Desesperanza o pesimismo
- • Irritabilidad
- • Sentimiento de culpabilidad o inutilidad
- • Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes gustaban mucho
- • Energía disminuida
- • Movimientos y habla en un ritmo lento
- • Sensación constante de inquietud o problemas para quedarse quieto
- • Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones
- • Problemas para dormir
- • Cambios de apetito y/o peso
- • Pensamientos de muerte o suicidio
- • Dolores, calambres o problemas digestivos sin una causa física clara
¿Qué hacer con la depresión?
Los tratamientos más eficaces para la depresión son la psicoterapia, los medicamentos o una combinación de ambos. Estos son algunos pasos que puedes tomar para ayudar a prevenir y disminuir la depresión:
- • Distráete. La depresión puede fomentar un ciclo de pensamientos negativos en tu mente.
- • Centrarte en otra cosa puede despejar tu mente y darle un nuevo propósito y significado a la vida.
- • Ten una rutina. Quedarte despierto hasta tarde, saltarte comidas y, en general, evitar el cuidado personal y la higiene, sólo dará a tu mente más razones para sentirte deprimido. Tener un día más estructurado que incluya tiempo para el cuidado personal y distracciones sanas, puede ayudar a reducir el estrés y beneficiar tu salud física.
- • Agradece. Incluso cuando hay muchas razones para estar deprimido, todavía hay razones para estar agradecido.
- • Muévete. El ejercicio puede ayudar a mejorar la salud física y mental. Si bien la depresión puede dificultar el comienzo, todo lo que necesitas son cinco minutos de actividad, que puedes ir aumentando hasta que idealmente llegues a hacer unos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada cada semana
- • No te preocupes, ¡Ocúpate!. Poco a poco, sin querer abarcar todo el problema de una vez. Ve de lo más simple a lo más complejo.
- • Intenta alejarte de personas que consideres no están siendo una buena influencia para tu desempeño
Recuerda nunca perder la esperanza y siempre encontrarás la luz al final del túnel.